UNA PROMESA

Hace un par de meses, sentia el deseo de escribir en un blog personal, donde pudiera expresar las obras que Dios hace en mi vida cada dia, nunca imaginé que me enfrentaría a una ausencia tan importante, no la llamo pérdida, porque nada se ha perdido, en Cristo nada se pierde.

-Ya se fué tu abuelita. 
Me dijeron con lagrimas en los ojos, era la frase más temida a escuchar hasta ese momento... y llegó. Mi princesa habia luchado hasta el último momento, siempre con su maravilloso sentido del humor y su inquebrantable Fe, no cabe duda que era una obra de Dios en ella, un precioso fruto del cual participamos muchos. 
 Como recordaran, ella cada dia perdia fuerzas físicas, que le impedian alimentarse, caminar, salir fuera a tomar aire, hablar e inclusive ya en las ultimas ocaciones, si quiera sentarse. Así que el tiempo era oro y habia que aprovecharlo, y mientras aun podia utilizar su voz, aunque muy débil y mientras su mente estaba intacta y podia recordarme, tomé esa oportunidad para preguntarselo:

-Abuelita, ¿Tu crees que Jesucristo es el Señor?
-Yo creo. -Me dijo firmemente. -Y creo que vino a la tierra a morir por nosotros, y ahora está sentado a la diestra del Padre.  

¡Gloria a Dios! Ahí estaba yo, sentada junto a ella en la cama, mientras su vocecita dulce pronunciaba aquellas palabras poderosas que le estaban dando salvación, mi corazón saltó de alegria en ese instante y lo sigue haciendo cada vez que lo recuerdo.
Yo se, que aunque ella ya no está entre nosotros, obtuvo salvación, y es el consuelo que me hace tener paz y pensar en ella con una sonrisa.

Por eso os advierto que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: «Jesús es el Señor» sino por el Espíritu Santo. 1 Corintios 12:3

En ese momento hice un suspiro de descanso, estaba siendo testigo de la evidencia del Espiritu Santo en su vida... "¿Por qué Gaby, por qué es tan importante?" Tal vez puedan pensar en por qué "abrumarla" con esas preguntas, justamente en esos momentos, pero, de hecho ¡Era lo mas importante! Más que el tratamiento que pudiera recibir, más que las atenciones dadas en casa, más que las indicaciones médicas, era asegurarme (de acuerdo a la palabra) de lo que ella creía, de su convicción y de que lo confesara, hablamos de su eternidad.

¿Sabias que, en lo que creemos y lo que confesamos puede darnos vida eterna?
"Porque te salvarás si confiesas con tu boca que Jesús es Señor 
y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos." Romanos 10:9

" A esto Jesús respondió:
Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá. 
Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre. ¿Puedes creer esto? "
Juan 11:25 y 26 


¿Puedes creer esto?  ¿Puedes? ¡Yo lo creo!

Tan simple, pero necesarimente es un obra del Espiritu Santo en nuestra vida:
"Y cuando él venga (Espiritu Santo), convencerá al mundo de pecado,  de justicia y de juicio." Juan 16:8.

¿Qué confianza tenemos en Dios respecto a los que han muerto en Cristo?


"Porque se oirá una voz de mando, la voz de un arcángel y el sonido de la trompeta de Dios, y el Señor mismo bajará del cielo. Y los que murieron creyendo en Cristo, resucitarán primero;
después, los que hayamos quedado vivos seremos llevados, juntamente con ellos, en las nubes, para encontrarnos con el Señor en el aire; y así estaremos con el Señor para siempre."
1Tesalonicenses 4:16 y 17.

¡Que preciosas promesas! (Solo con leerlo me hace llorar de nostalgia y de alegria, añorando ese momento, en que, no solo ella, sino todos aquellos que murieron en Cristo, van a resucitar, ahí está mi esperanza y mi consuelo).

Y es aquí donde hago un espacio, para dar mis condolencias, a todos aquellos amigos o conocidos que han tenido que decir un adios momentaneo a sus seres queridos, quiero decirles: Lo lamento, cuanto siento que haya sucedido ésto en su vida, entiendo lo que sienten, entiendo el dolor (que es inevitable... pero consolable cuando es consolado por El indicado: Jesucristo.)


Que precisamente el Señor Jesús debía irse para poder enviar al Consolador, su maravilloso Espiritu Santo quien es el encargado de consolarnos y alentarnos, ¡Cuán bueno y amoroso es nuestro Señor! pensando siempre en nosotros y en lo que necesitamos, el sabe que necesitamos consuelo y no lo ignora. 
Dios no pasa por alto la aflicción de nuestros corazones, Él la toma en cuenta y está cerca para consolarnos y fortalecernos.

"Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, 
Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó." 
Salmos 22:24  

"El Señor está cerca del corazón deshecho
y salva a los de espíritu abatido."
Salmos 34:18  

Mi amor en Cristo y mis oraciones están con ustedes, mi oración es que seamos consolados y guardemos esa esperanza firme. ¡Los abrazo desde aquí!


Con amor en Cristo y profunda gratitud, Gabriela Rojas.
Cristo Viene.


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